INSPIRACIÓN: EL BIGOTE

Cuando John Ford se planteaba su nuevo western, allá por el año 1955, fue cuando conoció el caso de los "Indios Moustaché", inspiración directa. Esta tribu que habitaba el sur de los Estados Unidos se dedicaba a coleccionar los bigotes de sus víctimas, que solían ser sus máximos enemigos.
John visitó la región y descubrió, con gran sorpresa, como las chicas "moustachianas" utilizaban los bigotes atesorados por sus padres para rematarse las trenzas. Pero no sólo ellas los utilizaban, también sus madres recopilaban los bigotes pelirrojos norteños para rematar, haciendo las veces de "puntillas" sus faldas.

Así, un año después de estrenar su película "Centauros del Desierto" (The Searchers), el cineasta, más postmoderno que la mayoría de sus coetáneos, decidió filmar un remake de su propia película; lo tituló, sin devanarse los sesos, por otra parte, "Bigotes del Desierto".

En este apasionante film el "Tío Ethan", John Wayne va en busca de su sobrina, de nuevo, que se ha fugado con un barbero para intentar inculcar a los indios algo de humanidad, y de paso, el barbero, intentará conseguir algo de pelo para poder tener material y sacarse el título de "posticería" que tanto le hace falta para ampliar su negocio.

Seducidos por el éxito de taquilla y las buenas críticas que Ford recibió, fueron muchos los que probaron suerte haciendo remakes de sus propias obras, fracasaron.

Exceptuando un joven cineasta "Furry Adams" del que Marilyn estaba completamente enamorada y le brindó la oportunidad de participar en su película. Furry, más listo que la mayoría, supo desde el primer momento, que el secreto del éxito para que un remake funcionara era añadirle un nuevo ingrediente; éste era y es nuestro gran amigo el BIGOTE.